Meditación
El camino de vuelta a casa
¿Qué es meditación?
«La meditación no es una invención del hombre, de una religión o de una escuela filosófica,
sino la búsqueda del ser humano para encontrarse consigo mismo». Osho
La meditación es la herramienta para entrenar la mente y el corazón desarrollando mayor libertad mental y emocional e induciendo a estados de consciencia de paz, calma y serenidad, así como a estados de amor, bondad y compasión.
Vivimos queriendo que todo cambie y a la vez luchando para que todo permanezca como está. Esta forma de vida contradictoria hace que la meditación pueda ser la práctica más influyente en nuestras vidas, ya que nos ayuda a conseguir un impactante cambio. Aceptarnos y amarnos tal y como somos, y aceptar y amar la realidad tal y como es y no como nos gustaría que fuera, rindiéndonos a los que somos y lo que es.
Como dice Pema Chodron:
«Cuando las personas empiezan a meditar piensan a menudo que de algún modo van a ser mejores,
lo cual es una especie de agresión sutil a lo que realmente somos.
La práctica de la meditación no consiste en eliminar algo de nosotros mismos y volvernos mejores.
Lo que se propone es un cambio de perspectiva para dejar atrás el concepto de auto-superación y conducirnos a la aceptación de lo que sucede en nosotros y en nuestro entorno.
Maestros de todas las tradiciones contemplativas afirman que la práctica meditativa diaria y continua transforma los hábitos inconscientes y limitantes del individuo convirtiendo la meditación en una herramienta de liberación del sufrimiento y ampliación de la sabiduría interior. Con el tiempo se generan cambios en el plano personal, social y neurológico haciendo de la meditación más que un nuevo hábito, una nueva forma de ser, sentir, pensar y hacer en el mundo.
«Meditar es una forma de ser, es el acto de vivir en uno mismo con un sentido de
conexión con todo lo que te rodea». Eric From
Técnicas de Meditación
Las técnicas de meditación más utilizadas para entrenarnos hacia una mente plena y un corazón atento están basadas en distintas prácticas contemplativas, utilizando las técnicas sin ninguna connotación religiosa y validadas científicamente, como son las meditaciones Insight procedentes del Vipassana , meditación en la respiración, meditación caminando o comiendo basadas en el Budismo Zen. La meditación Loving Kindness y Compasión procedentes del Budismo, Tonglen y Loyong procedentes del budismo tibetano, así como otras técnicas procedentes de la psicología occidental indispensables para un buen entrenamiento.
En la práctica de la meditación el cuerpo entra en un profundo estado de relajación mientras la mente queda alerta, activa y consciente y para llevar a la mente a ese estado de activación sin dormirnos necesitamos la atención, que es la herramienta dinámica de nuestra consciencia. que regularemos de la siguiente manera:
- Contemplando los contenidos mentales tal y como se suceden ( pensamientos, emociones y sensaciones), focalizando en un objeto o dejando la atención abierta a todo los que se sucede con desapego y desidentificación, desarrollando la metacognición y la ampliación de perspectiva.
- Sosteniendo la atención de manera firme en un punto fijo elegido por ejemplo en la respiración o la luz de una vela, (práctica tratak), llevándonos a la concentración en el objeto y a la liberación de la mente.
- Transcendiendo los contenidos de nuestra mente a través de la visualización y la repetición de palabras o mantras ,induciendo a estados emocionales positivos y de conexión.
- Indagando en nuestro interior y conectando con nuestra sabiduría interna deshaciéndonos de las falsas ilusiones y limitaciones de ego.
Con la práctica diaria de la meditación regulamos nuestra atención hacia una atención más firme y continua y cuando esto se sucede podemos acceder a estados de consciencia superiores, obteniendo comprensiones profundas de uno mismo y el mundo que nos rodea, lo que nos permite vivir en el fluir de cada instante, disfrutando y aprendiendo de todo lo que la vida nos regala.
O como dice Krishnamurti:
«La meditación no es el control del cuerpo, ni la técnica de respiración. Debemos estar en una postura correcta, pero las relaciones con el cuerpo terminan ahí. No procuremos la concentración forzada; cuando meditamos correctamente, la verdadera concentración aparece. Ella no surge del hecho de escoger tales pensamientos, o de librarnos de tales emociones. Aparece porque nuestra alma no busca respuestas. Cuando nos libramos de la necesidad de orientar las cosas a nuestro modo, permitimos que el flujo divino nos guíe hasta donde debemos llegar».
Distintos caminos y prácticas meditativas que nos conducen hacia el mismo destino, hacia la sabiduría interior y el amor universal.