Existenciales. Cada persona vivimos una realidad única, con nuestras fortalezas y debilidades y tras responsabilizarnos de nuestra propia existencia tomamos el mando conectando con nuestra autenticidad y poder vivir una vida con sentido.

Vivenciales y significativos. El aprendizaje significativo sólo se sucede cuando se experiencia y el individuo llega a sus propias comprensiones, sólo ese aprendizaje nos permite despojarnos de lo que creíamos ser para encontrarnos con lo que somos.

Humanistas. Todas los seres humanos tenemos algo único y valioso que aportar al conocimiento global para la evolución de la humanidad.

Inclusivos. La diversidad sociocultural enriquece el alma de las sociedades hacia comunidades más unidas, equilibradas y saludables, siendo flexibles y adaptables a los ritmos y necesidades de todos sus integrantes.

Interdependientes y de Conexión. Todos formamos parte de todo y estamos interconectados los unos con los otros en las tristezas y en las alegrías. Nacimos para conectar con nuestros iguales, con el entorno y la naturaleza. Entender esto nos lleva a ser correponsables naciendo un profundo sentimiento de amor y fraternidad con todos los seres sintientes y todo lo que nos rodea.

Integrativos. El ser humano es complejo y bello en todas sus dimensiones. Reconocer y cultivar de forma respetuosa y amable estas cuatro dimensiones fundamentales, (mental, emocional, corporal y espiritual), nos permite estar sanos, equilibrados y felices.

Amor y Libertad. A lo largo del día emprendemos muchas acciones, unas conscientes y otras inconscientes. Sólo aquellas acciones que nacen de una mente clara y de un corazón libre de amar sin expectativas internas o externas se convierten en grandes acciones, porque están al servicio de la lealtad hacia uno mismo y los demás, donde ambas partes se impregnan del amor y la libertad que la acción en si misma genera.